En Cuba, cuando una madre grita por ayuda, lo hace porque ya agotó todas las puertas posibles. Ese es el caso de Elaine Montaña, una mujer cubana que ha recurrido a las redes sociales como último recurso para intentar salvar la vida de su hija. Su historia no solo conmueve, también nos recuerda una dolorosa verdad: en la isla, muchas familias están solas frente a emergencias médicas que el sistema no puede (o no quiere) atender.
A través de una publicación en Facebook, Elaine lanzó su súplica: necesita con urgencia unas cuchillas quirúrgicas específicas para operar a su hija. ¿El problema? En el hospital pediátrico donde debe realizarse la operación, simplemente no existen esos insumos médicos.
“Hago esto porque ya no tengo opción… Estoy desesperada, ya mi niña necesita operarse”, escribió acompañando el mensaje con fotos de su hija y una captura de pantalla del tipo de cuchillas que necesita.
Se trata de “hojas de dermatomo”, un instrumento quirúrgico especializado que se usa, por ejemplo, en tratamientos para quemaduras graves, cirugías reconstructivas o trasplantes de piel. Son fundamentales. No hay margen para esperar.
Según explicó la propia Elaine, su hija presenta secuelas graves en la piel debido a quemaduras sufridas en 2023. Su vida y calidad de vida dependen ahora de esa cirugía. Pero en un país donde faltan desde gasas hasta antibióticos, conseguir algo tan específico como estas cuchillas quirúrgicas es una carrera de obstáculos.
La marca mencionada por la madre, Aesculap, es reconocida internacionalmente por su precisión médica, pero no está al alcance ni del hospital ni de la población común en Cuba. Por eso Elaine decidió compartir su número de teléfono y pedir ayuda directa: lo que sea, desde información hasta donaciones.
Lo más triste de esta historia es que no es única. En los últimos meses, otras madres han hecho lo mismo: pedir auxilio por redes. Desde ventiladores artificiales, hasta medicamentos psiquiátricos o antibióticos para bebés.
Casos como el de Caleb Aguilera Valido, un bebé en cuidados intensivos cuya madre suplicó ayuda en Santa Clara, o el de Marielys Pérez en Pinar del Río, que pedía un ventilador portátil para su hija con traqueostomía, muestran que la salud infantil en Cuba está colgando de un hilo… y que las redes sociales se han vuelto salas de emergencia digitales.
Elaine no está sola. Pero no debería estar luchando sola. Cada post, cada mensaje, cada historia como esta nos recuerda que hay madres que están haciendo lo imposible, y que la solidaridad sigue siendo la única medicina disponible cuando todo lo demás falla.