¿Alguna vez te has preguntado qué come una persona común en Cuba? Pues una joven cubana decidió responder esa duda de la forma más honesta posible… y terminó volviéndose viral.
Melanye Sánchez, conocida como @im____melanye en redes sociales, rompió el molde con un video donde muestra, sin filtros ni poses, su menú diario viviendo en la isla. Y la respuesta fue inmediata: miles de personas agradecieron su autenticidad, comentando que por fin veían algo «creíble» en medio de tanto contenido idealizado.
En un mar de videos de comida cubana llenos de lechones, mesas rebosadas y «cubaneo deluxe», el de Melanye destaca por algo simple: es la vida real. Nada de lujos ni montajes, solo ella contando qué comió ese día y cómo se las arregla su familia para llenar la mesa en medio de la escasez.
Su video comienza con una frase que ya dice mucho: “Primeramente se cortó la leche, así que mi mamá hizo dulce de leche y compramos panetela y refresquito para desayunar”. Así, como quien cuenta lo de todos los días, pero con una honestidad que golpea suave y directo.
Melanye no solo muestra qué come, sino que agradece cada pequeño logro. Le da las gracias a su mamá por siempre “ingeniárselas” para que haya algo que llevarse a la boca. Para el almuerzo, cuenta que comieron sardinas en salsa, arroz blanco y unos plátanos de fruta que tienen sembrados en el patio. Sencillo, sí, pero digno.
Por la tarde, se fue a merendar con una amiga y se echó un pan con macabí (sí, pescado) y un jugo de chirimoya. Una mezcla rara, pero que ella describe como “divina”. Y si tú has comido eso en algún momento, sabes que no está exagerando.
La cena fue un cierre digno: carne en cazuela, arroz blanco, plátano frito y un poco de col. Nada fuera de serie, pero para muchos, un lujo. Melanye cierra su video con una sonrisa y un mensaje claro: esto no es para generar lástima ni polémica, solo quería mostrar un pedacito de su vida en Cuba.
Los comentarios no se hicieron esperar. “Gracias por mostrar la verdad sin adornos”, le escribió una usuaria. Otra persona le dijo: “Eres afortunada de tener todo eso allá porque muchos no lo tienen”. Y Melanye, con la humildad que la caracteriza, respondió: “Agradezco hasta lo mínimo y siempre trato de ayudar. No tengo la mejor ni la peor situación en Cuba”.
Este tipo de publicaciones nos recuerdan que detrás de cada celular hay una historia real. Y en este caso, también hay creatividad, gratitud y una juventud que no tiene miedo de contar las cosas como son.