La influencer cubana Elianis Chamberlain, quien llegó a Estados Unidos bajo el controvertido formulario I-220A, compartió en TikTok una noticia que no quería dar: perdió su caso ante la corte de inmigración en Houston, Texas. La joven intentó acogerse a los beneficios de la Ley de Ajuste Cubano, pero el juez fue tajante: su estatus no califica como “parole”.
Aunque fue su tercera vez frente a un juez, Elianis no fue sola. Contó con su abogado, quien presentó una moción apoyada en el reciente y sonado caso Matter of Q. Li, una decisión de la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) que ha levantado bastante polvo en los círculos legales migratorios.
“La I-220A no es parole”, sentenció el juez, echando por tierra las esperanzas de Chamberlain de obtener un cierre favorable de su proceso. Aunque el magistrado reconoció el precedente del caso Q. Li, aclaró que no veía cómo ese fallo pudiera aplicarse directamente al caso de la joven cubana, al menos no de manera que le permitiera resolver su situación por la vía rápida.
¿Qué es lo que está pasando con el I-220A?
Desde hace meses, el tema del I-220A es un dolor de cabeza para miles de cubanos en EE.UU. Este documento, que en su momento permitió su liberación tras llegar al país, no se reconoce oficialmente como parole, lo cual complica cualquier intento de regularizarse bajo la Ley de Ajuste Cubano.
El caso Q. Li, que originalmente involucra a una inmigrante china, fue interpretado por muchos abogados como una posible “ventanita legal” para quienes fueron liberados con I-220A. Algunos lo han usado como argumento para pedir reconsideraciones, pero como advirtió el abogado Mayron Gallardo, esa decisión no garantiza residencia ni otorga parole automáticamente.
Según Gallardo, este fallo podría fortalecer demandas contra el Departamento de Seguridad Nacional por cómo ha manejado ciertos ingresos migratorios, pero todavía no representa una solución definitiva para quienes están atrapados en el limbo del I-220A.
El impacto emocional y la lucha de Elianis
Elianis, que ha estado contando su proceso con honestidad y sin filtros en redes sociales, dijo que seguirá adelante, aunque la tristeza se le notaba en el rostro y en las palabras. A pesar del golpe, su abogado ya está trabajando en la apelación, y por ahora el proceso de deportación está detenido.
“Voy a seguir con mi vida como si nada estuviera ocurriendo, porque pensar en esto continuamente acaba con uno”, confesó la joven al final de su video. Es una forma de sobrellevar la incertidumbre, de no dejar que el miedo la paralice.
Su historia, como la de tantos otros cubanos en su situación, retrata la montaña rusa emocional que implica el proceso migratorio en Estados Unidos, sobre todo cuando las reglas no están del todo claras y se aplican de forma desigual según el caso.