El Ministerio del Interior de Cuba (Minint) ha emitido advertencias sobre posibles protestas durante el verano, apuntando al gobierno de Estados Unidos y a políticos de ese país como instigadores del desorden público en la isla en medio de la actual crisis. Según declaraciones en la red social X, el Minint menciona nuevas tácticas estadounidenses para “calentar” las calles aprovechando la compleja situación cubana, refiriéndose a estas acciones como “Operación 11.7.24”.
El Minint basa sus afirmaciones en informes de la Seguridad del Estado y el programa Razones de Cuba, que detallan una supuesta reunión en la casa de Marcel Felipe, presidente de la Fundación Inspire America. En dicha reunión, se discutieron planes para atacar a Cuba, centrando esfuerzos en el sistema electro-energético nacional por su influencia directa en la calidad de vida de los ciudadanos.
Estas acusaciones buscan atribuir al gobierno estadounidense la responsabilidad de futuros apagones en Cuba, una problemática recurrente debido a fallos en las termoeléctricas y la escasez de combustible. El Minint también sostiene que Washington pretende incitar sabotajes y fortalecer una campaña comunicacional desestabilizadora, señalando la participación del senador Marco Rubio y el supuesto aumento del presupuesto destinado a estos fines.
Además, el Minint señala que se está organizando el reclutamiento de delincuentes para realizar actos terroristas durante el verano y que se busca dañar las relaciones entre Cuba y Rusia, presentando la cooperación con Rusia como un medio para reclutar soldados cubanos.
La Seguridad del Estado cubana también acusa a Estados Unidos de intentar frenar, mediante sanciones internacionales, el envío de combustible y alimentos desde Moscú a La Habana. Otra denuncia apunta a discordias dentro del movimiento opositor Cuba Primero, relacionadas con la planificación de acciones terroristas contra el gobierno cubano.
La historia reciente de Cuba ha visto momentos significativos de protestas. El 11 de julio de 2021 marcó una ola de protestas en medio de una severa crisis económica y grandes apagones. En septiembre de 2022, las protestas estallaron nuevamente debido a la falta de combustible y el mal estado de las termoeléctricas, y recientemente, protestas en ciudades como Santiago de Cuba, Bayamo y Cárdenas exigieron alimentos, electricidad y el fin del comunismo.
Ante estas manifestaciones, el gobierno respondió incrementando temporalmente las raciones de alimentos básicos como arroz y azúcar para calmar a los manifestantes, en un contexto donde la pobreza y el hambre aumentan y el gobierno intenta atribuir los problemas de gestión interna a influencias externas como Estados Unidos y la oposición interna.
