Larisa Vega, de ser una de las actrices más populares en Cuba a ganarse la vida como agente inmobiliaria en Estados Unidos

Redacción

La historia de Larisa Vega, una destacada actriz cubana cuya presencia en nuestras pantallas fue notable durante décadas, no comienza con el típico relato de una niña que siempre soñó con ser actriz y persiguió ese sueño incansablemente. No, su historia se teje en el presente, en un momento en el que ha dejado atrás los focos y los escenarios para emprender un nuevo camino.

Desde hace más de cinco años, Larisa ha hecho de Estados Unidos su hogar. Desde su llegada, comprendió que era momento de dejar de lado su carrera como actriz. Optó por retomar los estudios, dedicándose con la misma pasión y entusiasmo que había puesto en su arte durante tres décadas, pero esta vez enfocándose en el mundo de los bienes raíces, aprendiendo sobre economía, cálculo y todo lo necesario para convertirse en una agente inmobiliaria.

A pesar de haber construido una nueva vida en Estados Unidos, Larisa mantiene fuertes lazos con Cuba y con su familia en la isla, muchos de los cuales también han emigrado hacia su nuevo hogar.

Durante los días de cuarentena, mientras el mundo se detenía a causa de la pandemia, Larisa encontró consuelo en actividades simples pero reconfortantes. Tejió con esmero, una forma de mantenerse ocupada y de sentirse cerca de sus nietos trillizos, a quienes no había podido ver durante mucho tiempo. Además, disfrutó de la lectura y del cine, encontrando en estas actividades un refugio ante la incertidumbre que rodeaba al mundo.

Al dejar Cuba, Larisa dejó atrás una carrera de casi tres décadas, destacándose en teatro, televisión y cine. Algunos de sus trabajos más memorables incluyen su participación en “Viva Cuba” (2005), donde interpretó el papel de la madre de Malú, un personaje que desencadenó importantes eventos en la trama del filme.

En “¡Oh, La Habana!” (2007), Larisa asumió un papel protagónico como Mercedes, una mujer con una complicada vida amorosa. Durante el rodaje de esta telenovela, sufrió un accidente en moto, una experiencia que marcó su trayectoria.

Además de estas obras, Larisa participó en películas como “Habanera” (1984), “Las profecías de Amanda” (1998), “Páginas del diario de Mauricio” (2006) y “Ciudad en rojo” (2009), así como en telenovelas como “Magdalena” (1988), “Retablo personal” (1992) y “Añorado encuentro” (2010).

Su debut en la televisión se remonta a “Orden de ataque” (1985), una serie donde interpretó a un personaje en medio de la lucha contra el fascismo en Bulgaria. En el cine, hizo su primera aparición en “Tiempo de amar” (1983), una película ambientada en la Crisis de Octubre de 1962.

Larisa estudió en el Instituto Superior de Arte (ISA) hasta 1988, una experiencia que describió como mágica. Durante su tiempo en la escuela, recibió apoyo de colegas como Renecito de la Cruz, Vladimir Cruz y Héctor Noas, quienes la ayudaron mucho, especialmente cuando quedó embarazada durante su tercer año de estudios.

El amor por el arte le fue transmitido por su madre, una actriz convertida en periodista. Aunque siempre luchó con el miedo escénico, encontró en la actuación una forma de expresarse y de superar esa barrera. Además, su formación en ballet, impartida por la famosa Aurora Bosch, le otorgó una base sólida en el mundo de las artes escénicas.

Nacida en Camagüey en 1963, Larisa se trasladó a La Habana a una edad temprana. Aunque ha dejado atrás su carrera como actriz, Larisa no descarta la posibilidad de regresar a los escenarios en algún momento. La comedia y el papel de Amalia Simoni, una camagüeyana como ella, son proyectos que aún sueñan en su mente, esperando una oportunidad para ser realizados.