Régimen cubano reconoce que se ha tripiclado el número de mendigos en las calles de la isla

Redacción

En las calles de La Habana proliferan los mendigos en medio de la marcada escasez generalizada

La situación de mendicidad en Cuba se ha convertido en un fenómeno imposible de ocultar para las autoridades, contrastando con épocas anteriores. Las estadísticas anuales revelan un incremento alarmante en los niveles de pobreza extrema en la nación caribeña.

De acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), entre 2014 y 2023, se han identificado a 3,690 individuos sin hogar en Cuba, según se reporta en un artículo del periódico gubernamental Trabajadores.

Esta cifra, sin embargo, parece no reflejar la totalidad del problema, ya que excluye a aquellos que, por diversas circunstancias, se han visto forzados a mendigar cerca de iglesias o ante el reducido número de turistas que visitan la isla. Igualmente, no contempla a las personas que, debido a la elevada inflación, la falta de alimentos y los insuficientes ingresos de las pensiones, han tenido que recurrir a buscar comida en la basura para sobrevivir.

La importancia de los datos estadísticos es crucial para fundamentar estos hechos, especialmente considerando que el último Censo de Población y Viviendas realizado en Cuba en 2012 registró a más de 1,100 personas viviendo en las calles. Para 2015, esta cifra ascendió a 1,261, según el informe citado.

Factores como el bajo nivel adquisitivo, la emigración, el envejecimiento poblacional, la escasez de alimentos y medicamentos, así como las cuestionables políticas gubernamentales, han contribuido significativamente a esta tendencia ascendente.

Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención Social del MTSS, intenta matizar la situación argumentando que “no todas las personas que andan por la calle, con un aspecto desaliñado, mirando la basura, durmiendo en bancos o pidiendo dinero, se consideran deambulantes”, utilizando un término menos peyorativo que el de mendigos. Delgado Cáceres explica que se consideran deambulantes a aquellos que no tienen un hogar y se ven obligados a vivir en la calle, muchos de los cuales sufren de trastornos psiquiátricos o son adultos mayores.

Sin embargo, admite que el gobierno carece de soluciones para las personas sin hogar, especialmente para aquellas menores de 60 años, reconociendo que las opciones disponibles en 2014, como los hogares de ancianos o los hospitales psiquiátricos, ya no son suficientes.

Según DatoWorld, un prestigioso observatorio electoral internacional, Cuba es actualmente el país con el mayor índice de pobreza en América Latina, con un 72% de su población viviendo en condiciones de pobreza, lo que lo coloca a la cabeza de la región en este aspecto.

Ante la inacción gubernamental, la iglesia y diversos activistas han tomado la iniciativa de brindar apoyo a los más desfavorecidos. En un operativo realizado por la Policía cubana en septiembre del año pasado, se identificaron a 36 personas que sobreviven gracias a la limosna y carecen de un núcleo familiar en varios municipios de La Habana.

La crisis, exacerbada por la inflación y la escasez de productos básicos, no solo afecta a alcohólicos, enfermos mentales, ancianos o personas con discapacidad, sino que se extiende a un espectro más amplio de la población, desmintiendo así las justificaciones oficiales.