La subdirectora general para Estados Unidos de la cancillería cubana, Johana Tablada de la Torre, atribuyó la actual crisis migratoria cubana, descrita como “la más grande de la historia de Cuba”, a las políticas estadounidenses. En una conferencia de prensa en La Habana, Tablada de la Torre señaló que el “bloqueo” y las “medidas adicionales y de máxima presión” de EE.UU. son los principales impulsores del éxodo masivo de cubanos.
“Reiteramos que el bloqueo y las medidas adicionales y de máxima presión del gobierno de Estados Unidos constituyen el tema que tiene hoy más peso en el escenario migratorio bilateral”, declaró la funcionaria.
Estos comentarios llegan en vísperas de la 38 Ronda de Conversaciones Migratorias Cuba-Estados Unidos en Washington, donde se discutirán los Acuerdos Migratorios que datan de 1984 entre ambas naciones.
La funcionaria también criticó la falta de reanudación completa de los servicios consulares y de visas por parte de la embajada estadounidense en La Habana y describió como un fracaso las políticas migratorias de la administración Biden, incluyendo el programa de parole humanitario, a pesar de que permitió la emigración a 81,000 cubanos desde su implementación hasta febrero de 2024.
“Nada indica que eso vaya a cambiar”, expresó Tablada de la Torre, reafirmando la disposición del régimen cubano para fomentar una migración segura y ordenada. Sin embargo, el gobierno cubano sigue argumentando que Estados Unidos fomenta una “emigración irregular y desordenada” con sus políticas.
La delegación cubana en Washington, liderada por el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío Domínguez, planteará que las políticas estadounidenses son injerencistas y desestabilizadoras.
La justificación del régimen de que la crisis económica severa, la inflación, y la escasez no son los verdaderos detonantes de la migración masiva refleja su estrategia continuada de desviar la responsabilidad por la situación interna de Cuba. En lugar de eso, Cuba explota relaciones con aliados como Nicaragua, facilitando un canal para la migración masiva hacia Estados Unidos.
Este manejo de la crisis migratoria es visto por el régimen como un método para aliviar la presión social interna y mantener su control, culpando externamente a las políticas estadounidenses por las dificultades que enfrenta su población.
